
Triste estaba mi niña, timonera inexperta,
quería ella que su góndola amada
navegara por si sola hasta tu querer,
pero la verdad es que no avanzaba nada,
quedóse encasquillado su navío.
izó el ancla eso si gritando fuerte
pero atado quedó el bote al dique
Esta quien lo amarra no lo quiere soltar
languidece el día y el sol se pone ya
sus últimos rayos invitan a soñar
allí está tu isla, la noche la envuelve
pero sus estrellas iluminan tu mar
el oasis dorado, refugio amado
y cuan soñado, se evapora,
humo quedóse en el lugar.
se esconde ya para ella tu palmeral,
las sombras lo tapan y otra acariciara tu mar
agua dulce y ansiada emanara para ella
pues sus olas y espuma te salpican ya.
en la carita de mi niña, pequeñita ella
se dibujan lágrimas y vagan por sus mejillas
ruedan hasta la arena, pues ya bajó del barco
¿para que seguir en él?
si la cuerda que lo ata al dique no puede romper.
3 pensamientos:
Es hermoso este poema.Dice tanto!!!
Sabes que me gustan los poemas del mar y los términos marinos, tengo como cien escritos sobre el mar, incluso una novela inédita que se desarrolla a orillas del mar, ya habrás leído algún poema en mis blogs, algunos ya los publiqué en papel, incluso.
Creo que el mar y toda su terminología, así como el amor, son la debilidad y la fuente de inspiración de muchos poetas.
me gustó mucho.
un beso.
un adiós doloroso y un mar lleno de amor... pero una niña muy triste...
un beso
sube, cielo, partamos ya
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