En la cabeza un montón de letras,
con una lapicera y un cuaderno
salgo a la calle a buscar palabra
tratando de encontrar su verso;
y… ahí esta, como todos los días
pegado a la pared en su esquina
su mundo de un metro cuadrado;
brillan sus ojos muy negros
su rostro sin edad siempre
lo llena una gran sonrisa;
celebra la lluvia y agradece al sol
abriga todos los fríos y…
florece las primaveras;
sus ojos trasuntan alegría
y su sonrisa, una felicidad
tan pura que lastima;
el apuro y la locura
lo pasan de largo y el sonríe,
agradece una mirada y
sus ojos muy negros brillan,
en ellos… baila un duende travieso
con una felicidad tan pura,
que me duele no comprender
como compartirla
4 pensamientos:
El hecho de que a tí no te guste no te da derecho a descalificar a los demás.
Saludos
Marcos, no voy a discutir contigo, quien publica aquí es libre de publicar y es libre también de dejar de publicar sus escritos. No estoy coaccionando a nadie y ni mucho menos robando trabajo ajeno.
Si me permites, deja de molestar aquí con tus comentarios, pues las críticas son bien recibidas pero no los insultos fáciles y el juego de la provocación que estás creando. No voy a entrar en tu juego.
Antonio
Es un poema muy bonito, aunque no me quedó muy claro la persona a quién se lo dedicas, si es que es una persona, supongo que será un vagabundo o una persona que observa el mundo desde otra perspectiva, que tiene por techo el cielo y por luz el sol.
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