Ocurre algunas veces que de pronto
sin motivo aparente,
nos llega la tristeza y nos invade...
quizá por esas penas atrasadas
que casi siempre todos
tenemos escondidas en un rincón del alma,
por ese ser querido al que extrañamos
y que nunca responde a nuestras cartas
o porque nos sentimos impotentes
para dar el amor que otros esperan
recibir de nosotros, o por nada
de lo que percibimos claramente,
por algo que en el fondo
sentimos que nos falta...
y hay que hacer la proeza cotidiana
de acometer una nueva jornada
y el cuerpo se resiste
a abandonar la cama.
En esos casos, la única manera
de librarse del peso de la pena
es hacer un esfuerzo sobrehumano
para ponerse en marcha
y pensar que en la vida cada día
puede traer una nueva esperanza.
V. K.
Publicado por primera vez en Crónica del Viento el 21 de junio de 2007
6 pensamientos:
excelente concepto. un abrazo
Muy bueno, la realidad cotidiana.
Besos
La tristeza llega y nos quita todas las fuerzas, se adueña de nuestra voluntad.- Por suerte todo aquello que no nos mata nos fortalece.- Felicitaciones y mis estrellas.-
Reltih... gracias por tus palabras. Un abrazo,
V.
Medianoche... feliz de que te guste, amiga. Muchos besos,
V.
Ali... así funciona el alma, mi querida amiga. Besos de corazón,
V.
Conozco ese sentimiento... más de lo que quisiera...
Bellamente expresado en tus palabras Poeta...
Reina... siento que hayas tenido que pasar por eso, pero a todos nos toca. Gracias por tus palabras. Besos,
V.
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