“… Al amanecer esta mañana me di cuenta que a pesar de mis suelos el mundo humano había amanecido conmigo, dejando atrás mis secretos soñados y queridos…”
Yo contaba el cuento que
No conté a nadie nunca
Y ellos con atención milimétrica me escuchaban
Calladitos
Atentos
Con redondos ojos como platos
Y en la selva alguna vez hubo revoluciones
De a deveras
Con revolucionarios y todo
Y en el África alguna vez estuvo escondido
El tesoro del rey Salomón
Con diamantes y justicia igualitaria
Y en las selvas lacandonas y amazónicas habitaban
Auténticos microcosmos de climas
Animales, plantas y seres casi humanos
Yo contaba el cuento que
No conté a nadie nunca
Y en medio de la noche desperté solitario, sudado, descolocado, mis libros regados estaban debajo de mi cama, la oscuridad era total y plácida
Ubiqué mis ojos que ligeros se fugaron montados en filito de luna que apenas logró pasar por entre el sonriente alfeizar de mi ventana anochecida
Estiré la mano y te sentí a mi lado, dormida, entera, descansada, trascendente, desafiante, apetecible, me reincorporé en silencio, me coloqué las gafas, saqué por entre la noche mi libro y escribí casi en braille aquel cuento que
No conté a nadie nunca
Y que sigo celosamente guardando en la punta
De mi lengua
POEMA PROPIEDAD DE Humberto González Ortiz
Yo contaba el cuento que
No conté a nadie nunca
Y ellos con atención milimétrica me escuchaban
Calladitos
Atentos
Con redondos ojos como platos
Y en la selva alguna vez hubo revoluciones
De a deveras
Con revolucionarios y todo
Y en el África alguna vez estuvo escondido
El tesoro del rey Salomón
Con diamantes y justicia igualitaria
Y en las selvas lacandonas y amazónicas habitaban
Auténticos microcosmos de climas
Animales, plantas y seres casi humanos
Yo contaba el cuento que
No conté a nadie nunca
Y en medio de la noche desperté solitario, sudado, descolocado, mis libros regados estaban debajo de mi cama, la oscuridad era total y plácida
Ubiqué mis ojos que ligeros se fugaron montados en filito de luna que apenas logró pasar por entre el sonriente alfeizar de mi ventana anochecida
Estiré la mano y te sentí a mi lado, dormida, entera, descansada, trascendente, desafiante, apetecible, me reincorporé en silencio, me coloqué las gafas, saqué por entre la noche mi libro y escribí casi en braille aquel cuento que
No conté a nadie nunca
Y que sigo celosamente guardando en la punta
De mi lengua
POEMA PROPIEDAD DE Humberto González Ortiz
4 pensamientos:
Nos dejaste con las ganas de escuchar ese cuento jamás contado... eso es crear espectativa...jaja
Muy buen relato...
Aquel cuento que nunca conté a nadie ..... guardo en mi seno otro cuento que habla de príncipes sin reino, de princesas que miraban a la luna .... de mares y playas envueltas en bruma, celosamente guardados bajo mi lengua.
Muy hermoso tu texto, me encantó el final.
Sigue guardándolo, es mejor así
Gracias, Humberto
Besos
Ío
Reina, es mejor así... dejemos lo bueno para luego. Un saludo!
io... lo bueno de lo no contado, es que los demás lo cuentan e imaginan. Gracias a vos. Saludos
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