No represento a nadie,
soy un papel vacío,
un simple documento
algo desvanecido.-
Yo misma he olvidado
mi nombre primitivo,
mi rostro es una sombra
que vaga en los zaguanes
que noche a noche elijo.-
Casi no existo,
apenas sobrevivo.-
De comulgar, a veces
para intentar llenar
algún vacío que duele,
mi alma no merece las sobras
de los que son más fieles.-
He aprendido a lidiar
con la embriaguez nocturna,
temor, casi no tengo
más bien soy yo que aterro
con mi aspecto grotesco
como animal enfermo.-
De día yo me escondo
por donde nadie pasa,
tapada con cartones
y alguna que otra manta,
simulando edredones
y sábanas de organza.-
Cuando llega la noche
elijo alguna plaza
para lavarme el cuerpo,
para limpiarme el alma,
bautismo del averno
sin templo, excomulgada.-
Me quito cuidadosa
mis mil y un vestidos
que apilo temblorosa
evitando hacer ruido.-
Me siento una sirena
surgiendo del abismo
trayendo la moneda
del deseo incumplido
y otras veces parezco
la ninfa de la fuente,
que nada con un viso
sutil, casi indecente.-
Soy como un espejismo,
un ente transparente,
ya no sé bien si existo
o surjo de la mente
obtusa del autor;
quien fuera mi mentor,
tal vez su ego le obliga
a inventar la mendiga
que hoy aquí dejó.-
Y si es así, por Dios,
que Dios no lo bendiga.-
8 pensamientos:
Totalmente realista. Muy bueno.
Muy cierto, y muy bien escrito.
Me gusto muchísimo!
excelente escrito.
un abrazo
Claro que existe y bueno es que nos recuerdes la existencia anodina de tanto ser humano abandonado del destino... Hermoso tu poema, amiga. besos,
V.
Gracias Yuria por tu visita y comentario.- Pronto pasaré por tu blog para conocerte mejor.- Un beso.-
Me alegra que te haya gustado.-
Un beso.-
Gracias Reltih por tu opinión y tu tiempo, pronto pasaré a leer tus trabajos.-
Gracias Valentín por tu lectura.- Lamentablemente este abandono humano cada vez es más frecuente de ver (y de ignorar).-
Un beso.-
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