EL RAMO

despierta,

con la mirada hacia los costados,

sentada,

reSpirando en medio del llanto,

en medio de los vacios opacos,

atenta,

por el paso de los años,

obscura,

resuelta a mover recuerdos desplazados,

sin anhelos y alegrias propias de los ancianos,

amada,

en su ser con pequeños encantos,

deseada,

sin percepcion de olvidados hallazgos,

de las ocasiones propias de los enamorados,

callada,

en los silencios que se volvieron eternos,

y en las personas que deambulan entre charlas a lo lejos,

para levantar el destino, llevarlo adelante, obtener cegueras por el sol,

polvo entre los dedos de los pies llagados,

y una a una las tumbas de los que estan acostados,

despedidos,

recordados,

por el dia de las flores, las visitas y los llantos,

a los gritos encerrados,

un por qué y los años.