
No encuentro palabras
-solo en mi deseo-
para nombrarte.
¿Qué puedo esperar si no es el vacío?,
¿qué razón?, ¿qué ternura en las manos?
Fue dulce acariciar tu tiempo,
tu aliento en mi cintura,
fue dulce pero amarga su ausencia.
¡Cuánta belleza sin luz que la acoja!,
¡cuánto amor sin patria ni infancia posible!
Sin pensamientos, agrega el tuyo
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