Mientras soñaba una
lluvia de reflejos sobre cristales rotos en la seda de un lago quieto donde una
rana croaba enamorada al desdén de un
viento ingenuo y antiguo que nada le decía cuando junto a ella pasaba y aun así
seguía arrobada en el canto que regalaba sin pedir a cambio siquiera una mirada
o un leve desvío de pensamiento o quizás una caricia tan solo que fuese lo
suficientemente delicada como para sentir que para él en algún momento sería,
me sentí ella, sentí o que sentía, me sentí vivo, me sentí más yo que jamás lo había sido y
probablemente sería.
Presentación de Besos para Catulo
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El próximo día 9 de enero, en el Salón de Actos del Teatro Romano de
Cartagena se presenta Besos para Catulo, donde 171 poetas han versionado el
Carmen ...
Hace 3 meses
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