Una espina eléctrica
Que atraviesa demente
Cada arteria de mi corazón
Son demonios que pisan cada latido
Y lo empujan hasta el suicidio.
No era participe de esta enfermedad
Hasta que un apagón llamó a mi puerta
–Tock, tock- no contesté, sin embargo,
Se apresuró a ahogarme con un silencio:
Incesante, estratégico, un juego de rol
Un letargo de días que me expropió
Por unos momentos intensos -MI VIDA-.
Mi bien más preciado a pesar de los tropiezos
Pude morir, ¡qué hecatombe!, y sin embargo…
Sigo danzando entre la perenne epopeya
De la vida, un sueño, una oportunidad
¿La última? Quién sabe, investigaré mi destino
Si se deja, claro está, lo tengo complicado
Siempre juega conmigo a esconderse entre líneas
Líneas que son vórtices intemporales,
Mapas ocultos en barcos que yacen esparcidos
Por un mar de piratas, por un mar que se sacrifica
Para que no encuentren “El mayor tesoro”.
¿Tesoro? A caso lo es, no puedo dar fe
El destino, el innombrable…
El causante de tanta emoción
Y de cada apocalipsis sin sentido
Y sin embargo te quiero ¿Por qué?
Porque sigo alentando VIDA
Te tengo amarrado, compañero de fatigas.
SILVIA OCHOA AYENSA
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