Era un suspiro,
(apenas)
un roce del aire
en mi cara
en mis huellas
en mis pisadas.
Era un suspiro,
(apenas)
que contaba
infinitos cuentos
que no contaban nada
ni volverán a contar.
Era un número,
(aunque los odie)
entre tantos números,
entre tantos nombres
entre tantos ojos
que jugaban a observar.
Era un bandoneón
que se parecía a un piano
sonaba como un violín
y lucía como una guitarra.
Era un ciego
que tampoco podía oír
ni hablar
(ni sentir).
Bailaba el tango
como ninguno
(y como todos).
Escuchaba jazz
y sus ojos
desbordaban de pena.
Viajaba y volaba
por el mundo
(y por el suyo).
Nunca se perdió
salvo aquella vez
que ya nunca regresó.
(apenas)
un roce del aire
en mi cara
en mis huellas
en mis pisadas.
Era un suspiro,
(apenas)
que contaba
infinitos cuentos
que no contaban nada
ni volverán a contar.
Era un número,
(aunque los odie)
entre tantos números,
entre tantos nombres
entre tantos ojos
que jugaban a observar.
Era un bandoneón
que se parecía a un piano
sonaba como un violín
y lucía como una guitarra.
Era un ciego
que tampoco podía oír
ni hablar
(ni sentir).
Bailaba el tango
como ninguno
(y como todos).
Escuchaba jazz
y sus ojos
desbordaban de pena.
Viajaba y volaba
por el mundo
(y por el suyo).
Nunca se perdió
salvo aquella vez
que ya nunca regresó.
Sol - Imaginario desesperación
1 pensamiento:
Me ha encantado Sol...
Muchos besitos.
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