Mientras soñaba una
lluvia de reflejos sobre cristales rotos en la seda de un lago quieto donde una
rana croaba enamorada al desdén de un
viento ingenuo y antiguo que nada le decía cuando junto a ella pasaba y aun así
seguía arrobada en el canto que regalaba sin pedir a cambio siquiera una mirada
o un leve desvío de pensamiento o quizás una caricia tan solo que fuese lo
suficientemente delicada como para sentir que para él en algún momento sería,
me sentí ella, sentí o que sentía, me sentí vivo, me sentí más yo que jamás lo había sido y
probablemente sería.
Reseña de Diario de Pueches por Leandro LLull
-
El empalme entre experiencia y escrituraPOR LEANDRO LLULL
Lejos está este diario de ser la contracara de un libro, fuere de la propia
autora (*Puelche...
Hace 5 días
Sin pensamientos, agrega el tuyo
Publicar un comentario