¡Ah no, yo no sé no! A mí que me registren. Yo no puedo saberlo todo. Que la ciudad de Santo Domingo fue fundada el 5 de agosto de 1496 (minutos más minutos menos) y por estos predios ni nos dimos por enterados, que la vieja vio venir sus 514 años repleta de basura, dengue, ratones, leptospirosis, malaria, hoyos, atracos a plena luz del día, políticos corruptos, y cuantas cosas malas hayan por ahí, y nadie dijo nada ¡Bueno! ¡Qué les digo! ¡Así somos! ¡Qué le vamos a hacer! Este año se cumple o cumplió, no preciso el dato, 200 años que el caraqueño Ricardo Castaño, Venido desde Venezuela, encabezó, conjuntamente con un grupo de piamonteses desertores del ejércitos napoleónico, (estos encabezados por Emilo Pezzi), Pablo Alí y Cristóbal Huber Franco quienes pertenecían al Regimiento de Mulatos y Morenos, también José Faló y el Puertorriqueño José Ramírez, quienes formaron un pequeño núcleo para declarar la independencia de esta sufrida media isla de España y, de que fueran fritos en alquitrán, menos los italianos (que sólo lo ahorcaron). Y este hecho heroico, de pre-independencia, le importa un bledo a nadie, ¡Ay Miranda, si hubieses nacido aquí! No hay ni una calle, ni un callejón, ni un sticker en una guagua (autobús) destartalada, nada que lleve sus nombres, ni si quiera alguien que, de vez en vez, levante su copa en honor a estos héroes-mártires caídos…
Por eso, anoche, cuando el arquitecto Joaquín Gerónimo, lanzó la idea al aire, como una moneda al viento, de que se debería impulsar un proceso para, a partir de la fecha nacimiento del patricio General Juan Pablo Duarte y Diez, el próximo 26 de enero de 2012, iniciar la marcha hacia la celebración del bicentenario de la Independencia de la República Dominicana, en el 2044, con el único fin de incorporar una serie de ideas, personalidades, sectores y pueblo en general que propendan a la refundación de ese proyecto histórico de nación, inconcluso, llamado República Dominicana, a mi mente llegaron aquellos hombres y mujeres, aquellos sucesos históricos velados olímpicamente por el Estado y la desmemoria popular, y también, la idea de que podamos, durante ese proceso, rescatarlos del olvido, de una vez y para siempre…
¡Ay, mis queridos Tainos Locos Bohemios! Si la cacica Catalina hubiese sabido que el tal Miguel Díaz, aragonés por demás, quería solo su oro y no su amor; que sus suspiros no eran por contemplar, al lado de su amada, el manso rumor de las aguas de la ría y del río Ozama, ni las de los ríos Haina e Isabela , ni por el dulce y esplendoroso color azul cielo de las aguas cristalina, que cual abundantes cabelleras bañaban la ensenada y arrecifes del otrora cacicazgo de Xigüey (Higüey) en este Caribe tempestuoso, no habría revelado los secretos de las minas de ‘’abundante oro’’ del río Haina y, esta ciudad, talvez, nunca hubiese llegado a ser… o sea que como dijo alguna vez el Doctor, ‘’cosas del corazón’’ solo eso somos: ‘’cosas del corazón…’’
Déjame volver a ser niño
Y dormirme en tu regazo
Calmar mi hambre
Entre ajos y cilantros
Entre las verduras y el pan
Trasmutados en tus manos
En deliciosos alimentos
Déjame correr con mi infancia
Hacia tu arrullo
Con mis pantalones cortos
Mi único par de zapato
Y tu sonrisa de luz
Mamá… Ransés 7:40 p. m. 26 de julio del 2010
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Por eso, anoche, cuando el arquitecto Joaquín Gerónimo, lanzó la idea al aire, como una moneda al viento, de que se debería impulsar un proceso para, a partir de la fecha nacimiento del patricio General Juan Pablo Duarte y Diez, el próximo 26 de enero de 2012, iniciar la marcha hacia la celebración del bicentenario de la Independencia de la República Dominicana, en el 2044, con el único fin de incorporar una serie de ideas, personalidades, sectores y pueblo en general que propendan a la refundación de ese proyecto histórico de nación, inconcluso, llamado República Dominicana, a mi mente llegaron aquellos hombres y mujeres, aquellos sucesos históricos velados olímpicamente por el Estado y la desmemoria popular, y también, la idea de que podamos, durante ese proceso, rescatarlos del olvido, de una vez y para siempre…
¡Ay, mis queridos Tainos Locos Bohemios! Si la cacica Catalina hubiese sabido que el tal Miguel Díaz, aragonés por demás, quería solo su oro y no su amor; que sus suspiros no eran por contemplar, al lado de su amada, el manso rumor de las aguas de la ría y del río Ozama, ni las de los ríos Haina e Isabela , ni por el dulce y esplendoroso color azul cielo de las aguas cristalina, que cual abundantes cabelleras bañaban la ensenada y arrecifes del otrora cacicazgo de Xigüey (Higüey) en este Caribe tempestuoso, no habría revelado los secretos de las minas de ‘’abundante oro’’ del río Haina y, esta ciudad, talvez, nunca hubiese llegado a ser… o sea que como dijo alguna vez el Doctor, ‘’cosas del corazón’’ solo eso somos: ‘’cosas del corazón…’’
Déjame volver a ser niño
Y dormirme en tu regazo
Calmar mi hambre
Entre ajos y cilantros
Entre las verduras y el pan
Trasmutados en tus manos
En deliciosos alimentos
Déjame correr con mi infancia
Hacia tu arrullo
Con mis pantalones cortos
Mi único par de zapato
Y tu sonrisa de luz
Mamá… Ransés 7:40 p. m. 26 de julio del 2010
